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Festividad litúrgica que conmemora la ofrenda del Niño Jesús en el templo, para cumplir con la ley de los primogénitos, quienes debían ser ofrecidos a Dios, aunque pudieran ser rescatados mediante una ofrenda.
Le ley de la presentación y el rescate era sólo para los varones (Ex. 13. 2 y 12-15). María y José la cumplieron con su hijo (Lc. 2. 22-23)
Ordinariamente se hacía a los cuarenta días del parto y la mujer hacia también una ofrenda purificatoria, para terminar el período impuro del parto (Lc. 12. 1-8). Así lo recoge el texto evangélico y la piedad cristiana lo unió en la celebración. El rito de la procesión con velas o candelas originó el nombre popular de la fiesta "candelaria" con el que se conoció a esta fiesta llena de tradiciones y reflejada en las producciones artísticas.
En la presentación de Jesús hubo acontecimientos especiales, como las palabras de Simeón o de la profetisa Ana, que fueron emblemas y recuerdos que "María conservó en su corazón".
Quedaron siempre misterios exegéticos en la interpretación de los textos de Lucas y de Mateo, como la presencia de José y María en Jerusalén cuarenta días después del viaje desde Galilea o la persecución de Herodes y la huida a Egipto de la Sagrada Familia de forma inmediata al nacimiento. (Ver Mariana. Devoción 7)
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